HABLEMOS DE LA BIBLIA, CON IRIT GREEN – Del maestro de coro. «No destruyas».
Poema de David, cuando huyó de Saúl y se escondió en la cueva.
Ten compasión de mí, Dios mío, ten compasión de mí,
pues en ti busco protección.
Quiero protegerme debajo de tus alas
hasta que el peligro haya pasado.
Voy a clamar al Dios altísimo,
al Dios que en todo me ayuda.
Él enviará desde el cielo su amor y su verdad,
y me salvará de quienes con rabia me persiguen.
Tendido estoy, por el suelo,
entre leones que se comen a la gente;
sus dientes son como lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.
Dios mío, tú estás por encima del cielo.
¡Tu gloria llena toda la tierra!
Mis enemigos me pusieron una trampa
para doblegar mi ánimo;
hicieron un hoyo a mi paso,
pero ellos mismos cayeron en él.
Mi corazón está dispuesto, Dios mío,
mi corazón está dispuesto a cantarte himnos.
Despierta, alma mía;
despierten, arpa y salterio;
¡despertaré al nuevo día!
Te alabaré con himnos, Señor,
en medio de pueblos y naciones.
Pues tu amor es grande hasta los cielos;
tu lealtad alcanza al cielo azul.
Dios mío, tú estás por encima del cielo.
¡Tu gloria llena toda la tierra!