Salmo 84: cantando por el pueblo de Israel diariamente al atardecer
HABLEMOS DE LA BIBLIA, CON IRIT GREEN – Del maestro de coro, con la cítara de Gat. De los hijos de Coré. Salmo.
¡Cuán hermoso es tu santuario,
Señor todopoderoso!
¡Con qué ansia y fervor
deseo estar en los atrios de tu templo!
¡Con todo el corazón
canto alegre al Dios de la vida!
Aun el gorrión y la golondrina
hallan lugar en tus altares
donde hacerles nido a sus polluelos,
oh Señor todopoderoso,
Rey mío y Dios mío.
¡Felices los que viven en tu templo
y te alaban sin cesar!
¡Felices los que en ti encuentran ayuda,
los que desean peregrinar hasta tu monte!
Cuando pasen por el valle de las Lágrimas
lo convertirán en manantial,
y aun la lluvia lo llenará de bendiciones;
irán sus fuerzas en aumento,
y en Sión verán al Dios supremo.
Señor, Dios todopoderoso,
Dios de Jacob,
¡escucha mi oración!
Mira, oh Dios, con buenos ojos
a aquel que es nuestro escudo,
¡Más vale estar un día en tus atrios,
que mil fuera de ellos!
Prefiero ser portero del templo de mi Dios,
que vivir en lugares de maldad.
Porque Dios el Señor nos alumbra y nos protege;
el Señor ama y honra a los que viven sin tacha,
y nada bueno les niega.
Señor todopoderoso,
¡felices los que en ti confían!