ÓPERA JUDAICA – En esta ocasión, ni el autor ni la mayoría de los intérpretes de la obra son judíos, aunque sí el protagonista: Saúl, primer rey de Israel, que en este oratorio en tres actos que Haendel (que vivió entre 1685 y 1759) compuso entre 1738 y 39 con libreto de Charles Jennens basado en el primer libro del profeta Samuel, demuestra una admiración con su eventual sucesor, David que se transforma en odio y lleva a su caída. La obra incluye una famosa Marcha fúnebre por Saúl y su hijo Jonathan y algunas de las piezas corales más dramáticas del compositor. La oiremos dirigida por René Jacobs, el contratenor belga que en los últimos años se prodiga más como director de orquesta de ópera, al frente del coro de cámara de la RIAS y la orquesta Concerto Köln, con las voces solistas de Rosemary Joshua, Emma Bell, Lawrence Zazzo, Jeremy Ovenden, Michael Slattery, Finnur Bjarnason, Henry Waddington y el barítono-bajo nacido israelí y nacionalizado sudafricano Gidon Saks (a la derecha de la imagen), en el papel del rey Saúl.