Sefarad: exilio y clandestinidad (13ª parte): la historia de Yosef Nasí, sobrino de la Señora (II)
MILÍM: LA HISTORIA DE LAS DIÁSPORAS, CON ALICIA BENMERGUI – La fuente de este texto ha sido el texto escrito por Alberto Rodrigues da Silva Tavim, “La Materia Oriental”, en el trayecto de dos personalidades judías del Imperio Otomano: Joao Micas / D. Yosef NasÌ, y Álvaro Mendes / D. Shelomó Ibn Ya’ish. Ello nos permitirá ilustrar cómo funcionaban las redes mercantiles del siglo XVI y los vínculos establecidos entre las diferentes comunidades judías. Joao Micas (Yosef Nasí) y Álvaro Mendes (Shelomó Ibn Ya‘ish) son dos de las figuras judías más conocidas del Imperio Otomano del siglo XVI. Ambos eran de origen portugués y habían experimentado un previo ascenso económico y social ligado al imperio portugués en Oriente. En el Imperio Otomano fueron, sucesivamente, señores de Tiberíades – ciudad de gran carga simbólica en los anhelos mesiánicos judíos – y ambos ostentaron títulos nobiliarios excepcionales (entre otras cosas, por la titulación misma, que no era turca sino occidental). En ella, destaca que la clave de su éxito en el Imperio turco se debió a que, una vez instalados allí, ambos, tía y sobrino, continuaron comportándose como occidentales. También fueron considerados como tales por las autoridades otomanas, a quienes brindaron servicios fundamentales porque permanecieron en la frontera social y económica entre Occidente – de donde provenían y donde seguían teniendo intereses y contactos – y Turquía, tierra de exilio. Su relación comercial con las Indias de las especias, de las piedras preciosas y de otras riquezas, unida a su conscientemente salvaguardada condición de occidentales, fue, quizás, el hecho primordial que puede explicar su excepcional integración, aceptación y ascenso en el Imperio Otomano.
Yosef Nasí nació como João Micas. Su padre fue el converso Agostinho Henrique Micas, un profesor de medicina de la Universidad de Lisboa que anteriormente se había llamado Shemuel de Yosef Nasí. Fue, además, hermano de Bernardo Micas que después de 1558 recibió el nombre de Shemuel Nasí, así como sobrino político de Doña Gracia Nasí, además de su primo hermano, puesto que su madre era a un tiempo cuñada y tía de aquélla. Su familia era originaria de Castilla y contaba entre sus antepasados con miembros importantes como el “Rab de la Corte” Abraham Benveniste (1406-1454). Los tíos de João Micas – Diogo y Francisco Mendes Benveniste – se convirtieron al cristianismo en Portugal, en el año 1497. Shelomó Ibn Ya‘ish, por su parte, nació en Tavira, al sur de Portugal (Reino do Algarve), en 1520. Se casó con Margarida de Sá y tuvo dos hijos, Jacob y Benjamín, y una hija, Hanna. Fue Jacob – llamado también Francisco – quién representó a su padre en Tiberíades. Este último había aprendido en su juventud a valorar las piedras preciosas y a los 31 años aproximadamente fue enviado a las Indias Orientales, donde prosperó en el negocio de los diamantes en el reino indio de Vijayanagara. En 1555 retornó a Portugal y se ganó la confianza del rey D. João III, que le nombró Caballero de la Orden de Santiago. Tras la muerte del monarca, Álvaro Mendes se trasladó a Madrid, aunque en 1564 vivía ya en Florencia. Después, en 1569, se fue a París. Apoyándose en una extensa red de personas a su servicio, Yosef Nasí se convirtió en el gran proveedor de vinos de la Sublime Puerta, arrendatario del diezmo de los vinos de las islas turcas, de su venta en el Imperio y de su comercio con Moldavia y Polonia, así como en recaudador de los impuestos recabados de las poblaciones cristiana y judía. Sus agentes estaban presentes en los Balcanes, en el Dodecaneso, en Ragusa, Belgrado, Sarajevo, Naxos, Italia (sobre todo Ancona, Ferrara y Venecia), Polonia y Francia (sobre todo en Lyon). En particular, exportaba alumbre a Venecia por medio de su pariente Haron. Y esta historia continuó…