MILÍM: LA HISTORIA DE LAS DIÁSPORAS, CON ALICIA BENMERGUI – Cuando los judíos fueron expulsados de España se estaba difundiendo una nueva creencia cabalística difundida por el Rabí Isaac Askenazi Luri, el “Ari”, que también enseñaba los ejercicios cabalísticos que permitirían adelantar la llegada de la tan anhelada redención. De acuerdo a los escritos existentes en el texto del Zohar, los cabalistas creían que en el año 1648 se produciría la ansiada Redención. Los hechos dramáticos ocurridos a la comunidad judaica de Polonia aumentaron la esperanza y el deseo de la tan esperada redención mesiánica; con ella acabarían finalmente los sufrimientos y el Pueblo Judío podía retornar, casi mágicamente, a la tierra de Israel. Toda esta corriente de creencias mesiánicas, todos los acontecimientos que parecía preanunciar la Redención, provocaron el surgimiento de una muy importante figura que encarnó a un falso Mesías. Esta clase de personajes recorrieron la historia judía en forma recurrente, pero ninguna de ellas alcanzó la importancia y la influencia que tuvo el Sabetai Sevi.
Joven residente en Esmirna, hijo de un rico comerciante proveniente de Patras, Sabetai Zevi se dedicaba a los estudios tradicionales y su familia esperaba de él que se convirtiera en un importante y afamado rabino. Para ello estudió primero con Isaac de Alba, y después con el rabino más famoso de ese tiempo, Yosef Escapa. De acuerdo a lo que nos cuenta el historiador Gershom Sholem, a los 18 años fue ordenado con el título de Jajam. De acuerdo a lo contado por el historiador, tenía una preparación talmúdica completa y posteriormente ni aun sus peores enemigos lo acusaron de ser un ignorante. A los 15 años abandonó la Yeshivá, la Academia de estudios rabínicos, y se dedicó a una vida de estudio, abstinencia y soledad, ya que en su adolescencia también adquirió grandes conocimientos cabalísticos y consiguió seguidores entre sus condiscípulos.
Entre 1642 y 1648 estuvo casi recluido y en ese período comienza a dar muestras de la enfermedad que le acompañó por el resto de su vida, alternando períodos de extrema exaltación y comunicatividad con otros de depresión y profunda melancolía. Pasaba de la euforia al aislamiento, pero también tenía períodos de normalidad, lo que ha determinado que fuera considerado como un enfermo maníaco-depresivo. Justamente por esa razón provocaba en sus seguidores una fascinación muy grande. Creían que esos estados estaban relacionados con los temas cabalísticos. En Esmirna lo consideraban un loco, un enfermo mental. Se casó y se divorció dos voces por no haber podido consumar el matrimonio en las dos ocasiones. Pero lograba amistades por su bella apariencia y porque tenía grandes dotes musicales y una buena voz. Lo cierto es que en los períodos de exaltación comienza a manifestarse como el Mesías y ejerce su poder de seducción atrayendo a algunos seguidores. Finalmente sus impulsos de violar la ley en sus períodos exaltados y la pretensión manifiesta de ser el Mesías llevan a los rabinos y sabios (y a su antiguo maestro, Yosef Escapa) a determinar su destierro de Esmirna, se supone que más o menos entre 1651-1654, y allí comenzó su camino.
La conmoción que creó dentro del judaísmo, la diversidad de regiones y lugares que abarcó, la difusión que tuvo toda su actividad y las graves consecuencias que pudo haber tenido para el judaísmo serán el tema de nuestro próximo encuentro. Es importante detenerse un poco en este tema por su profundidad y por todas sus derivaciones. Por lo tanto esta historia continuará…
Sefarad: exilio y clandestinidad (16ª parte): Sabetai Sevi (II) y su tortuosa historia
Alicia Benmergui, historia, mesianismo, Milím, Sabethai Sevi, Shabtai Tzvi