Sefarad: exilio y clandestinidad (25ª parte): historias de conversos (I)
MILÍM: LA HISTORIA DE LAS DIÁSPORAS, CON ALICIA BENMERGUI – En nuestra última entrevista estuvimos analizando, a través de un interesante trabajo del historiador Jaime Contreras, las formas de relación existentes en esa sociedad paralela establecida por los judíos marranos, con las mismas pautas vigentes en la sociedad española en su conjunto, con sus redes de prestaciones y contraprestaciones, favores, lealtades y relaciones extendidas, familiares y religiosas. Y allí comentábamos las descripciones hechas por Cervantes de la sociedad de su tiempo, especialmente en el “Coloquio de los Perros”, donde sólo están seguros de poder hablar libremente, y a pesar de todo con ciertos resguardos, por la inseguridad que ponía a todos en riesgo, con la existencia de la Inquisición y las delaciones. Allí se habla de la desesperada necesidad de poseer papeles que aseguraran la pureza de sangre, del linaje y de los falsos que eran muchos de ellos. Según un historiador, en “Rinconete y Cortadillo”, el “Rincón del Cortado” es una muestra de la existencia de esta sociedad oculta y paralela, una especie de sociedad secreta que funciona como el burlón espejo de lo que era la sociedad española a la que mira tan crítica y burlonamente. En esos textos también se habla de esos ricos y todopoderosos mercaderes que circulaban libremente confiados en su poder y que terminaban perdiendo vidas y bienes a manos de los inquisidores. Y en un plano más alejado es imposible olvidarse del destino del médico de la reina Isabel, Rodrigo López, un excelente sanador, pero que fue acusado de conspirar contra la reina por mantener relaciones con otros marranos portugueses.
Por último, el historiador Contreras, luego de objetar gran parte de la historiografía judía existente sobre el tema de los conversos que sería extremadamente trabajoso enumerar, decide utilizar un texto del historiador, Benzion Netanyahu –profesor durante muchos años en la Universidad de Cornell– que ha sido quien, de forma más precisa, ha ensanchado el campo. Basándose en una obra publicada en 1966 y todavía no traducida, avivó realmente la polémica. “The Marranos of Spain” fue un libro trascendente, concebido desde las fuentes hebreas; y su tesis –tras la revisión de las famosas Responsa rabínicas– sostenía que era muy dudoso considerar al grupo converso como parte del viejo tronco judío. Los mismos rabinos de la época no mostraban unanimidad al respecto y, puestos a considerar con detenimiento el problema, más parece que se inclinaban por rechazarlos como judíos. Si no eran entonces judíos por la entidad de su criptojudaísmo, ¿qué eran en realidad? Principalmente cristianos, sin fe en muchos casos –como decía C. Gebhardt– pero con voluntad de tenerla. Y esto parece ser un fenómeno en cuya demostración coinciden los documentos unos tras otros. Hubo conversiones forzadas, muchas, muchísimas, pero ello no supuso la vuelta a los orígenes sino, por el contrario, la marcha hacia adelante. Pero esta historia continuó…