ÓPERA JUDAICA – El libreto para Semirámide (de Metastasio), escrito en 1729, fue empleado alrededor de cuarenta veces durante el siglo XVIII, hasta que fuera superado en popularidad por la tragedia de Voltaire Sémiramis (1748) que relata las últimas horas en la vida de la reina asiria, en lugar de su época de mayor gloria como en el libreto de Metastasio. La ópera de Rossini, por su parte, está basada en el texto de Voltaire, y es por consiguiente muy diferente de las óperas anteriores de Hasse, Vivaldi, Gluck, Salieri o el último de ellos en utilizar el libreto de Metastasio, Meyerbeer, que la compuso y estrenó en 1819, obteniendo una acogida mediocre por parte de la crítica y del público. De hecho no volvió a los escenarios hasta casi pasados dos siglos, en 2005, cuando fue grabada por la orquesta Württembergische Philarmonie Reutlingen y el coro Altensteig Rossini, dirigidos por Richard Bornynge, y con las voces solistas de Deborah Riedel, Fiona Janes, Filippo Adami, Wojciech Gierlach, Olga Peretyatko y Leonardo Silva.