“Simon Boccanegra” de Verdi, con Warren, Tucker y Székely, dirigidos por Stiedry
ÓPERA JUDAICA – Si alguien piensa que el terreno de los cantantes de ópera ha sido y será de los italianos, será bueno que preste atención a esta producción de 1950 de la ópera Metropolitan de Nueva York, en la que la mayoría de los cantantes son judíos… y hasta el director. Se trata de Leonard Warren en el papel protagónico, junto a Richard Tucker como Gabriele Adorno (en esta sección hemos emitido una grabación posterior de esta ópera con Tucker de protagonista), además de Mihály Székely, en su última actuación, junto a las voces de Astrid Varnay, Giuseppe Valdengo, Lorenzo Alvary, Maxine Stellman y Paul Franke, todos ellos bajo la batuta de Fritz Stiedry. Como de los cantantes judíos ya hemos hablado en otras ocasiones, vamos a centrarnos en ésta en Fritz Stiedry, director y compositor austríaco nacido en Viena en 1883 y fallecido en 1968. Siendo estudiante de derecho, Gustav Mahler descubrió su talento y lo fichó en 1907 como su asistente a la batuta de la Ópera Imperial. Luego tuvo otros puestos de asistente en las óperas de Kassel y Berlín, llegando a estrenar en 1932 La garantía (Die Bürgschaft) de Kurt Weill. Con el ascenso de los nazis al poder, dejó Alemania y hasta 1937 se convirtió en director principal de la orquesta Filarmónica de Leningrado, llegando a ensayar el estreno de la Cuarta Sinfonía de Shostakovich que se suspendió por motivos políticos. Fue entonces cuando se trasladó a los EE.UU., especializándose en el rescate de obras olvidadas de Bach, Haydn y Mozart, a la vez que estrenando obras de vanguardia, como la Segunda Sinfonía de Cámara de Schoenberg. A partir de 1945 volvió al mundo de la ópera en la Lírica de Chicago y en el Met de Nueva York, además de co-fundar el taller de ópera de Hunter College. Recordemos que Simon Boccanegra es una ópera en tres actos de Verdi sobre libreto de Francesco Maria Piave, basado en el drama homónimo de Antonio García Gutiérrez. Se estrenó en el teatro La Fenice de Venecia en 1857, aunque no obtuvo gran repercusión inicialmente. En 1881, no obstante, Verdi presentó una versión revisada con textos corregidos por Arrigo Boito, que es la que se viene representando desde entonces.