“Todos los mundos el mundo. Una imaginada memoria de la odisea del ajedrez”, con su autor Diego Rasskin Gutman
SEFER: DE LIBROS Y AUTORES – “Los restos arqueológicos, la monumental tradición desplegada en el Talmud a lo largo de los siglos, tanto el de Jerusalén como el de Babilonia, y el relato de los viajeros medievales (algunos judíos como Benjamín Tudela y otros árabes y cristianos que se los encontraban a su paso), constituyen una visión del pasado que avivó mi curiosidad y mi imaginación”.
“Es un libro muy personal, escrito en forma de poema épico, en donde exploro, de manera mágica e imaginada, los orígenes y expansión del juego en consonancia con la diáspora del pueblo judío”, así define Diego Rasskin su libro Todos los mundos el mundo. Una imaginada memoria de la odisea del ajedrez, respuesta a la intriga que siente este autor hacia el papel de los judíos en el devenir de este juego y su necesidad de “contar una historia que no sólo responda a la experiencia general de la diáspora y también a hacerme preguntas acerca de mí mismo para ahuyentar mis propios demonios”.
“Decidí entonces usar el ajedrez, su origen, su historia, su capacidad para sugerir infinitas metáforas del mundo, como hilo conductor de una odisea humana singular, valiéndome de personajes reales y de otros inventados, pero no menos reales para mí”.
A través de su alter ego Moshé ben Oni, Diego Rasskin -investigador biólogo en la Universidad de Valencia, hijo de Susana Gutman y Abel Rasskin (fragmentos de la obra del maestro ilustran el libro) y padre de Gabriel Rasskin co-creador del covidvisualizer- recorre la estrecha relación entre los judíos y el ajedrez en un relato poético –“mitad imaginación razonada y mitad historia”- que comparte ahora con todos pues, afirma, “el ajedrez es una excusa para el diálogo, para el encuentro con los otros”.
“El resultado ni es una historia del ajedrez, aunque la sigue, ni es una historia del pueblo judío, aunque la
contempla, ni es nada que se pueda parecer a todo lo contrario. Es el imaginario viaje no lineal, a través del
tiempo y de los confines de Europa y Asia, de Moshé ben Oni, un mercader, un amorá, un sabio, un amante,
una víctima de las interminables persecuciones que ha sufrido el pueblo judío; hijo del dolor, que un día llevó entre sus mercancías un juego casi infinito y nunca más volvió a ser el mismo”.
“Todos los mundos, el mundo” será presentado en Centro Sefarad-Israel el próximo 22 de febrero
West Indies Publishing Company. “Tiene el lector ante sus ojos una obra imposible, una suerte de cantar que relata la gesta de la creación del ajedrez. Diego Rasskin, doctor de la vida, tiene la mente científica y el corazón de poeta. La primera se pregunta el origen de las cosas. El segundo se embarca en un viaje milenario y tira del hilo de una historia de mestizaje cosida a la ruta de la seda, de la que cuelgan infinidad de héroes anónimos. A Rasskin su obra le sirve además para rastrear sus propias raíces, el otro propósito confeso de la aventura.
Diego Rasskin atraviesa fronteras movedizas y observa el universo a lomos de unas figuras cambiantes, talladas de materiales diversos. Hasta su nombre de pila es incierto. Es la historia no autorizada del juego «que mira el universo», cantado en unas constelaciones de hallazgos y versos sueltos”. Federico Marín Bellón