REVISTA DE MEDIO ORIENTE – Tras la decisión de la administración Trump de reconocer Jerusalén como capital de Israel “la histeria colectiva mediática” -asegura Masha Gabriel- ha sido mayor que las repercusiones reales que se han vivido en la zona. Un Oriente Próximo en el que Israel empieza a dejar de ser el mayor de los problemas y dónde la llamada a una tercera intifada no ha sido respondida como los más radicales deseaban.
Con Netanyahu y Trump como “odiados preferidos” ocupando las portadas y sin que el presidente estadounidense -recuerda Gabriel- haya hablado de fronteras podríamos hablar de la hipocresía que supone pensar qué hubiera sucedido si Jerusalén Este hubiera sido declarada capital de Palestina. Por no hablar, como nos recuerda Masha Gabriel, de que en el tema de la capitalidad del Estado de Israel los medios de comunicación han pensado más en las consecuencias que en la legitimidad.