“Turandot” de Puccini, dirigida por Lorin Maazel
ÓPERA JUDAICA – No es la primera vez (y probablemente no sea la última) que emitimos un “Turandot” de Puccini: no en vano está entre las 15 óperas más representadas en todo el mundo. La excusa perfecta en esta ocasión es volver a hablar del director Lorin Maazel y de un reparto de lujo, con nuestro Plácido Domingo al frente. Recordemos que la leyenda de Turandot no llegó a ser conocida en occidente hasta el siglo XVIII. Fue Francois Petis de la Croix quien en 1710 dio a conocer por primera vez este tema y que en 1729 se escribió la primera ópera basada en dicha leyenda bajo el título de La Princesa China, con música de Jean-Claude Gillier y libreto de Alain-René Lesage y D’Ornevall. Giacomo Puccini dejó al morir en 1924 la partitura inconclusa. Por esta razón el final de la ópera fue encargada a Franco Alfano quien disponía de los esbozos de Puccini para acabarla. El libreto de Turandot fue obra de Giuseppe Adami y Renato Simoni, basado en la obra teatral homónima de Carlo Gozzi. La grabación que escucharemos es de una producción de 1983 de La Scala de Milán, en la que además del señalado tenor español brillaron las voces de Ghena Dimitrova, Katia Ricciarelli, Kurt Rydl, Rolando Panerai, Ernesto Gavazzi, Florindo Andreolli, Franco De Grandis y Sergio Bertocchi. Respecto al director, recordemos que Lorin Maazel nació en Francia en 1930 de padres estadounidenses de origen judío que muy pronto volvieron a los EE.UU. donde murió recientemente, en 2014. Fue un niño prodigio que debutó con la batuta a los 9 años, apadrinado por Stokowski y Toscanini. También fue un gran violinista. En 1960 fue el primer director estadounidense (además de judío) en dirigir en el festival wagneriano de Bayreuth. Luego recorrió todos los grandes festivales y escenarios. Del 65 al 71 dirigió la Ópera de Berlín y en 1972 sustituyó a Szell al frente de la Orquesta de Cleveland. Después vinieron cargos en las de la Ópera de Viena, la Sinfónica de Pittsburgh, la de la Radio de Baviera, la Filarmónica de Nueva York y la de Munich.