A FONDO – Una especie de inusual elevación, en medio de la ermita de San Antón-enclavada en el antiguo barrio judío- fue la emocionante primera pista que indicó a los arqueólogos que esta iglesia podría haber sido en el pasado la sinagoga de Hijar, en Teruel. A esta tribuna (Bimá) le siguieron otras maravillosas evidencias que permiten ahora asegurar que la sala de oración de la sinagoga se convirtió en iglesia tras la Expulsión de 1492.
La sinagoga permanece casi intacta –en un edificio contiguo de propiedad privada podría estar la galería de mujeres, nos cuenta Antonio Hernández Pardos, director de la intervención arqueológica, editor y co-autor del libro La antigua sinagoga de Híjar. Claves de un monumento excepcional. Acrotera. Gestión del Patrimonio– convirtiéndose así en un tesoro que, oculto durante siglos, nos habla de la vida judía en Sefarad.