SHÉKET: JUDÍOS EN EL CINE MUDO, CON MIGUEL PÉREZ –
Como ‘Tiempos modernos’ de Chaplin (ya publicada en esta sección), ‘Upstream’ es una película fronteriza entre el cine mudo y el sonoro. Filmada en 1927, se trata de uno de los últimos títulos pertenecientes al silente realizado en una época donde la sonorización ya era habitual en la industria. Resulta curioso que su director fuera John Ford, un artesano que no tuvo problemas ni remilgos para hacer con éxito la transición entre las dos épocas, como demuestra su abultada filmografía hasta 1966, un auténtico tesoro cinematográfico que ha dado miles de referencias a la profesión.
‘Upstream’ es una pieza singular también por otros motivos. Se trata de la cinta que mejor demuestra la admiración que Ford sentía hacia Murnau. De hecho, rompe con sus patrones estilísticos más conocidos y rueda siguiendo muchos de los recursos de la escuela del influyente director alemán. El manejo de los planos, la luz, los movimientos de cámara, el diseño de los decorados y los perfiles son un buen ejemplo de ello. También es cierto que la película se rodó durante la etapa americana de Murnau, cuando se encontraba en Estados Unidos filmando ‘Sunrise’, lo que induce a pensar que ambos legendarios directores mantuvieron más de una conversación y que Ford pudo conocer de primera mano la forma de trabajar del genio alemán.
Pero, además, este filme de apenas una hora de duración nos permite adentrarnos en el tesoro perdido de John Ford, esas casi cincuenta películas mudas estrenadas entre 1917 y 1927 que se han perdido con el paso del tiempo; a veces por extravío y, otras, por la debilidad de los propios soportes. ’‘Upstream” fue descubierta a finales de la década pasada en un archivo de Nueva Zelanda donde se acumulaban decenas de películas. El hecho de que fuera encontrada allí tiene su explicación lógica: cuando los estudios de William Fox, innovador productor de origen judío, distribuyeron el filme tras su estreno en 1927, algunas copias acabaron en los cines neozelandeses. Debido a que los costes de devolución eran tan altos, muchos filmes se quedaban en el país.
Sin embargo, lo más singular de ‘Upstream’ es su argumento. Ford se aparta radicalmente de su temática más conocida para centrarse en una comedia absolutamente delirante con el juego de sexos, el mundo del espectáculo y la capacidad de transformación de los sentimientos como ingredientes principales. En España se tradujo como ‘Ser o no ser’, también un juego de palabras muy adecuado tanto porque parte del argumento gira en torno a una representación de ‘Hamlet’ como por el perfil de los protagonistas, un actor amanerado, una joven actriz que acostumbra a vestir ropas masculinas y un lanzador de cuchillos símbolo de la virilidad latina. Pero, además, ‘Ser o no ser’ esconde otra lectura: cómo el éxito, el poder de las tablas y las situaciones cambiantes pueden transformar la personalidad de los individuos y conseguir que todo lo que uno parece en público se convierte en otro comportamiento en privado.
Lo que está claro es que, acostumbrados al cine de género de Ford y su profunda capacidad de radiografiar la sociedad profunda americana, ‘Upstream’ supone una sorpresa absoluta y una comedia ligera deliciosa, donde los giros se suceden como disparos de revólver.
Ficha técnica:
Título: “Upstream”
Año: 1927
Dirección: John Ford
Guion: Randall Faye, Wallace Smith
Fotografía: Charles G. Clarke (B&W)
Reparto: Nancy Nash, Earle Foxe, Grant Withers, Lydia Yeamans Titus, Raymond Hitchcock, Emile Chautard, Ted McNamara, Sammy Cohen.
Productor: William Fox
Duración: 60 min.
País: Estados Unidos
Género: Comedia.