Vayelej, con Irit Green
PARASHÁ – Capítulo 31
31:1 Fue Moisés y habló estas palabras a todo Israel,
31:2 y les dijo: Este día soy de edad de ciento veinte años; no puedo más salir ni entrar; además de esto Dios me ha dicho: No pasarás este Jordán.
31:3 Dios tu Dios, él pasa delante de ti; él destruirá a estas naciones delante de ti, y las heredarás; Josué será el que pasará delante de ti, como Dios ha dicho.
31:4 Y hará Dios con ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los amorreos, y con su tierra, a quienes destruyó.
31:5 Y los entregará Dios delante de vosotros, y haréis con ellos conforme a todo lo que os he mandado.
31:6 Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Dios tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.
31:7 Y llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Dios a sus padres que les daría, y tú se la harás heredar.
31:8 Y Dios va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides.
31:9 Y escribió Moisés esta ley, y la dio a los sacerdotes hijos de Leví, que llevaban el arca del pacto de Dios, y a todos los ancianos de Israel.
31:10 Y les mandó Moisés, diciendo: Al fin de cada siete años, en el año de la remisión, en la fiesta de los tabernáculos,
31:11 cuando viniere todo Israel a presentarse delante de Dios tu Dios en el lugar que él escogiere, leerás esta ley delante de todo Israel a oídos de ellos.
31:12 Harás congregar al pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman a Dios vuestro Dios, y cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley;
31:13 y los hijos de ellos que no supieron, oigan, y aprendan a temer a Dios vuestro Dios todos los días que viviereis sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para tomar posesión de ella.
31:14 Y Dios dijo a Moisés: He aquí se ha acercado el día de tu muerte; llama a Josué, y esperad en el tabernáculo de reunión para que yo le dé el cargo. Fueron, pues, Moisés y Josué, y esperaron en el tabernáculo de reunión.
31:15 Y se apareció Dios en el tabernáculo, en la columna de nube; y la columna de nube se puso sobre la puerta del tabernáculo.
31:16 Y Dios dijo a Moisés: He aquí, tú vas a dormir con tus padres, y este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses ajenos de la tierra adonde va para estar en medio de ella; y me dejará, e invalidará mi pacto que he concertado con él;
31:17 y se encenderá mi furor contra él en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro, y serán consumidos; y vendrán sobre ellos muchos males y angustias, y dirán en aquel día: ¿No me han venido estos males porque no está mi Dios en medio de mí?
31:18 Pero ciertamente yo esconderé mi rostro en aquel día, por todo el mal que ellos habrán hecho, por haberse vuelto a dioses ajenos.
31:19 Ahora pues, escribíos este cántico, y enséñalo a los hijos de Israel; ponlo en boca de ellos, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel.
31:20 Porque yo les introduciré en la tierra que juré a sus padres, la cual fluye leche y miel; y comerán y se saciarán, y engordarán; y se volverán a dioses ajenos y les servirán, y me enojarán, e invalidarán mi pacto.
31:21 Y cuando les vinieren muchos males y angustias, entonces este cántico responderá en su cara como testigo, pues será recordado por la boca de sus descendientes; porque yo conozco lo que se proponen de antemano, antes que los introduzca en la tierra que juré darles.
31:22 Y Moisés escribió este cántico aquel día, y lo enseñó a los hijos de Israel.
31:23 Y dio orden a Josué hijo de Nun, y dijo: Esfuérzate y anímate, pues tú introducirás a los hijos de Israel en la tierra que les juré, y yo estaré contigo.
31:24 Y cuando acabó Moisés de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta concluirse,
31:25 dio órdenes Moisés a los levitas que llevaban el arca del pacto de Dios, diciendo:
31:26 Tomad este libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Dios vuestro Dios, y esté allí por testigo contra ti.
31:27 Porque yo conozco tu rebelión, y tu dura cerviz; he aquí que aun viviendo yo con vosotros hoy, sois rebeldes a Dios; ¿cuánto más después que yo haya muerto?
31:28 Congregad a mí todos los ancianos de vuestras tribus, y a vuestros oficiales, y hablaré en sus oídos estas palabras, y llamaré por testigos contra ellos a los cielos y a la tierra.
31:29 Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado; y que os ha de venir mal en los postreros días, por haber hecho mal ante los ojos de Dios, enojándole con la obra de vuestras manos.
31:30 Entonces habló Moisés a oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este cántico hasta acabarlo.