Violeta Friedman, un alegato contra el negacionismo
TRIBUTO: HISTORIAS QUE CONSTRUYEN MEMORIA DE LA SHOÁ, CON CECILIA LEVIT – Violeta Friedman nació en una pequeña ciudad de la región de Transilvania llamada Marghita (Rumania) en abril de 1930. De familia judía, su vida estuvo marcada por la trágica experiencia de los campos de exterminio alemanes.
Violeta Friedman, junto a su familia, fue hecha prisionera e internada en el Campo de la Muerte de Auschwitz antes de cumplir los 14 años, en marzo de 1944. En la misma noche de su llegada, toda su familia -su bisabuela, sus abuelos, sus padres- fue enviada a las cámaras de gas por orden del doctor Mengele, excepto su hermana mayor.
Violeta estuvo en Auschwitz Birkenau hasta enero de 1945, cuando fue liberada por las tropas rusas. Durante 39 años guardó silencio, como la mayoría de supervivientes, tratando de olvidar lo inolvidable, pero fue en vano. Al ver como algunos intentaban negar el Holocausto, comprendió que tenía una obligación: la de contarlo.