EL TRAZO ERRANTE – E le acque si calmarono, así se presenta en Florencia, una exposición que recuerda estos días la gran inundación por el desbordamiento del Arno presente en la Biblioteca Nacional de la ciudad desde el 27 de octubre hasta el 27 de enero. Alicia Perris nos alerta de esta recuperación de patrimonio cultural judío y escribe: “Entre el patrimonio inmenso perdido para siempre, mucho recuperado. Entre esta ingente colección de documentos y testimonios, pinturas, libros, incunables, muchos objetos y vivencias sagrados pertenecientes a la comunidad judía florentina, presente en la capital de la Toscana desde hace 2.000 años.
El rabino Yehuda Halevi, conocido poeta y filósofo del siglo IX, se preguntaba: ¿“Tal vez ha llegado el diluvio, que ha dejado asolado el universo?. No se vislumbra rastro de tierra seca. Y no hay seres vivos, ni animales, ni pájaros ¿Tal vez se murieron todos y permanecen sumidos en el tormento? “.Este sabio concluye su reflexión sobre el diluvio y la cierra con una inesperada nota de optimismo, confiando en que, después de toda la destrucción vivida, se puede llegar al punto deseado y conseguir la salvación.
“Esta es la idea que esta muestra, con gran capacidad evocativa quiere transmitir”, según explica Noemí Di Segni, Presidenta de l´Unione delle Comunità Ebraiche Italiane. Textos provenientes de la Biblioteca Nacional, la de Antonio Magliabechi y la Medicea, restaurados en Roma, vuelven a encontrar su lugar en la ciudad del David de Cellini y de Miguel Ángel.
Debo agradecer toda la información puesta a mi disposición por el Señor Adam Smulevich, de Firenze Ebraica, su disponibilidad y prontitud en atender mi demanda de datos. Grazie Signor Smulevich per la sua bontà e collaborazione, davvero. Por mi parte, pido disculpas por haber hecho este programa con la voz rota y maltratada por un catarro otoñal, pero era más importante no perder el homenaje que quería rendir en estos días de recuerdo, a los judíos y ciudadanos de Florencia y a los “Angeles del fango” que acudieron del mundo entero a ayudar a recuperar los tesoros hundidos bajo el agua. Y además, esa, afónica, también soy yo.
En estos tiempos en que la cultura se destroza, en que se ha perdido el respeto al patrimonio también cultural de la Humanidad y se corta la cabeza y se degrada a los arqueólogos y tantas personas desconocidas que defienden la herencia universal del Hombre, proyectos como estos dan ganas de seguir adelante y defender lo que los seres humanos hemos conseguido preservar entre tanta pérdida y tanta destrucción”.