EL BUEN NOMBRE, CON ALEJANDRO RUBINSTEIN – En la haftará (las lecturas complementarias al Pentateuco en los rezos sabáticos) que coincide con la lectura del pasaje bíblico Jayei Sará, se menciona que el rey David solicitó una joven bella. De este último adjetivo se deriva un nombre hebreo, Yafa, que destaca la virtud de la belleza, entendida ésta no sólo en plano estético exterior, sino principalmente en una representación armónica y esplendorosa del universo. El nombre nos recuerda también al de la ciudad de Yafo (generalmente escrita con su versión en inglés, Yaffa), pegada a Tel-Aviv. Y, sin duda, como nombre, siempre estará unido en la memoria popular a una de las primeras “grandes” de la canción israelí, Yaffa Yarkoni.
