MÚSICA ISRAELÍ – La semana pasada hablamos del más famoso de los trabajos del poeta, escritor, letrista, periodista y dramaturgo israelí Yehonatan Geffen, nacido en 1947 y fallecido hace tan sólo unos días: el libro de poemas y disco de canciones infantiles Hakebes hashisháasar, El cordero número 16. Geffen fue una figura pública polémica, portavoz de la izquierda y provocadora. Junto a otros periodistas destacados publicó en 1973 un libro muy crítico con el comportamiento del gobierno y el ejército durante la Guerra de Yom Kippur, a pesar de su papel muy activo como oficial de paracaidistas en la Guerra de los Seis Días de 1967. En sus primeros pasos artísticos estuvo vinculado a quienes hacían el mítico show televisivo Lul, pero en 1970 escribe un musical, Karajat, Calva, y después viaja a estudiar a Cambridge para finalmente retornar a Tel Aviv y escribir columnas en el periódico Maariv. En 1974 creó junto a Dani Litani el musical Ze hakol bentaim, bentaim ze hakol, Eso es todo por el momento, donde sonaba el tema Marat plaim, Espejo de las maravillas, que hemos estado escuchando desde el inicio.
Desde entonces se prodigó en monólogos a modo de standup comedy pero más de tono político que humorístico, y sus poemas han sido musicados y cantados por los artistas más consagrados del país, como, respectivamente, Shemtov Levi y Arik Einstein en Don Kishot, Don Quijote que escuchamos; y al que seguirán, Itzjak Klepter en Lokeaj ktzat zman, Lleva algún tiempo y Haahavá sheli hi lo haahavá sheló, Mi amor no es su amor; Korin Alal y su Shir leshira, Canto al poema; David Broza en Bikur moledet, Visita a la patria y Hajomarim shemihem asuiá ahavá, Los materiales de los que está hecho el amor; Yehuda Poliker con Pajot abal koev, Menos pero duele; Matti Caspi con Makom ladeagá, Sitio para la preocupación; para acabar nuevamente con Arik Einstein sobre melodía de Shemtov Levi enYajol lihiot sheze nigmar, Puede que se haya acabado.