“Yo acuso” o cómo los nazis intentaron legitimar la eutanasia

CINE Y SHOÁ, CON AARÓN RODRÍGUEZ – Ya desde el título esta película de la propaganda nazi de 1941 firmada por Wolfgang Liebeneiner resulta engañosa y manipuladora. Y es que quien “acusa” es el protagonista, quién tras asesinar a su mujer víctima de esclerosis múltiple, se enfrenta a un tribunal que le juzga por haber aplicado a la enferma una eutanasia que el viejo orden, la antigua ley alemana rechaza, pero que el nuevo Reich aprueba de manera manifiesta.

El T-4 Programa de Eutanasia de la Alemania nazi contaba con la explícita aprobación de Hitler y no ocultaba su pretensión de acabar con “los que sobraban”, algo que no sucedió con la Solución Final que los nazis siempre trataron de ocultar. En Yo acuso -este melodrama médico y legal- también el odio se manifiesta de manera subterránea, con poca parafernalia nacionalsocialista, permitiendo que su visionado -que no su mensaje- sea fácilmente digerible.

Aarón Rodríguez -en este nuevo capítulo de Cine y Shoá, “Los otros holocaustos en el cine”- disecciona este producto propagandístico que pugna porque el Estado decida quién debe morir y quién vivir. Algo a lo que se enfrentó parte de la sociedad alemana -las iglesias, más la católica que la protestante, jugaron un papel importante en este rechazo- que eso sí permaneció en su mayoría impasible cuando el objeto de los asesinatos fueron los judíos.

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